miércoles, 22 de junio de 2011

Espejo delator


Hace un par de semanas terminé de leer “La Culpa Es Del Espejo” de Felipe Fernández del Paso. Traté de mantener moderadas expectativas al saber que se trataba de su primer novela, pues no quería hacer comparaciones ni decepcionarme si por alguna razón no lo encontraba tan atractivo como alguno de sus otros trabajos. Confieso que fue una grata sorpresa toparme con este excepcional relato y comprobar que no tenía de que preocuparme.
Francesco Carrara describió la culpa como “el hecho que supone la voluntaria omisión de diligencia en calcular las consecuencias posibles y previsibles del propio hecho”; es decir algo de lo que ninguno estamos exentos. Es tal vez por por lo anterior, o por la honesta realidad que le imprimen a la historia sus tan bien definidos personajes, que La Culpa Es Del Espejo es un libro con el que todos podríamos sentirnos identificados de una forma u otra. Yo incluso llegue a pensar que conocía a alguno de los personajes, pues es un perfecto delator de la actualidad de un sector poblacional que a pesar de tenerlo todo, muchas veces tiene nada.
Fernández del Paso entrega en casi 200 paginas entretenimiento puro y lejano de jugar a crítica social. Pues sin duda este es un libro donde encontraran el retrato de una sociedad errante, tan superficial y restrictiva, que desata inevitablemente el comportamiento contrario al que presume o intenta promover; pero contado con ese humor negro único, un tanto cínico y cargado de comedia que se nos da tan bien a los mexicanos.
Ya había pasado algún tiempo sin que llegara a mis manos un libro así; sincero y sin absurdas pretensiones. Si bien esta crítica ha de ser franca y concisa como el libro mismo, La Culpa Es Del Espejo es una súper recomendación para todo aquel que busque pasar un buen rato en compañía de un irreverente y muy divertido dúo de hermanas cuya más grande aventura lo mantendrá en suspenso desde el inicio hasta la última página de esta ligera y muy divertida novela.

martes, 21 de junio de 2011

¿Al borde de la gloria o del abismo?



Recién se estrenó el video The Edge of Glory de Lady Gaga y ya he leído un sin fin de comentarios buenos y malos al respecto. Desde los fanáticos de cabecera que aplauden la última de las versiones de la irreverente performer, hasta los ácidos y muy honestos críticos que no perdonan ni el más mínimo detalle; todos ellos encuentran el punto clave y central de su crítica en la simplicidad del video, y yo no soy la excepción.

El arquitecto alemán Ludwig Mies Van Der Rohe dijo “menos es más”. Aunque siempre he estado de acuerdo con dicha idea, estoy seguro que tan afamada cita, la más significativa e inspiradora del movimiento minimalista, es mucho más profunda que las tres palabras que la conforman. Si bien, tienes lo menos para trabajar, siempre es importante hacer lo más con ello. Un statement con recursos limitados, pero al final un statement. Queda claro que este video no lo logró ni remotamente.

Dicen que a todo se acostumbra uno menos al hambre; de lo que nunca se habla es del efecto contrario. Desacostumbrarse es mucho más difícil, sobretodo cuando se trata de algo bueno, o mejor aún, de algo que alimenta nuestras morbosas mentes. Después de la gran controversia que causó antes de su estreno el video del tema “Judas”, por el uso de referencias bíblicas y simbolismo religioso, y la posterior desatada por haber resultado poco contraventor e incluso un tanto soso; era simplemente lógico asumir que las expectativas para “The Edge of Glory” fueran mucho más altas.

Así, quizás porque estamos acostumbrados a un exceso de producción en cada video, concierto o aparición en medios; o tal vez porque la transgresión visual de Gaga había sido hasta ahora progresiva, “The Edge of Glory” al tratar de ser sencillo terminó en su lugar siendo vacuo, insípido y premonitorio de una verdad absoluta: todo en la vida tiene un principio y un final. Si bien no es malo, es un video promedio que carece de todo el atractivo que caracteriza a Lady Gaga.

Aún con la decepción, hay varias cosas destacables de la producción que abandonó Joseph Kahn y concluyó el colectivo de la artista, Haus of Gaga; todas ellas harían del video un buen logro para cualquier otro cantante con un perfil mucho más bajo, pues reitero, para los estándares de Lady Gaga dejan mucho que desear. 

Voy a empezar por el alma del video; la canción, desde mi muy personal punto de vista, es una estupenda rola, con arreglos increíbles, un bit relajado, actual y original, de la cual emana un sentimiento tan profundo como el de cualquier balada clásica de Whitney Houston o Celine Dion. Merece reconocimiento la fotografía que, a pesar de ser muy clásica y para mi gusto un tanto outdated con tintes urbanos de los noventa, cuenta con una estética impecable, es limpia y visualmente agradable. 

Por otro lado está la moda del video. Van Der Rohe también dijo que “Dios está en los detalles” y como es ya insignia con Lady Gaga, el excepcional styling a cargo de Nicola Formichetti es, junto a la participación del talentoso Clarence Clemons, lo más digno a destacar de “The Edge of Glory” pues el incuestionable talento del ahora fallecido saxofonista y Vintage Versace resultan un plan sin fallas.

De esta manera y en términos generales, “The Edge of Glory” es un video que pasará a la historia como uno más, uno del montón cuya más valiosa aportación, sino es que la única, será preguntarnos cuánto tiempo más estará Lady Gaga al borde de la gloria, sino es que ya ha comenzado a caer por un inevitable abismo; pues si algo es bien sabido es que todo lo que sube, en algún momento tiene que bajar.